viernes, 10 de enero de 2014

Schopenhauer

"Así pues, quien espere reconocer en este mundo al diablo por sus cuernos a los bufones por sus cascabeles, siempre les servirá de juguete. A esto se añade además que la gente suele comportarse en sus relaciones como la luna y los jorobados, que sólo muestran una de sus caras, y que además cada individuo tiene un talento innato para mimetizarse y cubrir su fisonomía con una máscara que representa exactamente lo que él debería ser, la cual, como ha sido diseñada especialmente para su individualidad, le cuadra y encaja tan perfectamente, que el efecto que produce es capaz de engañar al más listo. Se debería dar tanto valor a esta máscara como un cartón y recordar el refrán italiano: "no hay perro tan malo que no menee la cola"

Sch. art.viv., p. 253


"Basta con observar que los miembros de sociedades grandes propenden a un sincero interés mutuo en cuanto aparece un factor objetivo, ya sea un peligro, una esperanza o una noticia, una obra de teatro, una melodía o lo que sea, que tenga un efecto inédito y general en todos [...] A falta de un factor semejante, se recurre a lo subjetivo , y las botellas de licor son por lo general el medio más socorrido para promover en un grupo una atmósfera compartida. Incluso el té y el café pueden servir de sucedáneos".

Sch., Af.art.viv.,p. 244


"uno debe acostumbrarse a oir todo sin inmutarse, incluso las historias más descabelladas, ponderando la insignificancia de quien habla y sus opiniones y absteniéndose de cualquier discusión" A. Sch. S.art.d.c.u.m


"“Un grupo de puercoespines se apiñaba en un frío día de invierno para evitar congelarse calentándose mutuamente. Sin embargo, pronto comenzaron a sentir unos las púas de otros, lo cual les hizo volver a alejarse. Cuando la necesidad de calentarse los llevó a acercarse otra vez, se repitió aquel segundo mal; de modo que anduvieron de acá para allá entre ambos sufrimientos hasta que encontraron una distancia mediana en la que pudieran resistir mejor. Así, la necesidad de compañía, nacida del vacío y la monotonía del propio interior, impulsa a los hombres a unirse; pero sus muchas cualidades repugnantes y defectos insoportables los vuelven a apartar unos de otros. La distancia intermedia que al final encuentran y en la cual es posible que se mantengan juntos es la cortesía y las buenas costumbres.”.

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